Cicatrices de acné y tratamiento

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Dra. Noelia Martínez

Las cicatrices de acné pueden aparecer en cualquier tipo de acné y en cualquier momento de su evolución, aunque típicamente hay mayor riesgo en acné de larga evolución, acné inflamatorio y acné nódulo-quístico.

Las cicatrices pueden ser hipertróficas, queloideas o atróficas. Las cicatrices hipertróficas y queloideas se caracterizan por la creación de exceso de tejido de cicatrización y serán protagonistas en otro post.

Respecto a las cicatrices atróficas por acné, a las que nos dedicaremos en este apartado, se caracterizan por un déficit de creación de tejido en la cicatrización y se clasifican en 3 tipos:

  • Cicatrices tipo picahielos (icepick): cicatrices estrechas, con un diámetro menor a 2mm, y de extensión vertical en la piel, con forma triangular y con la cúspide de la pirámide en la parte profunda de la misma -pueden llegar a dermis profunda e incluso a tejido subcutáneo-.
  • Cicatrices tipo furgón (boxcar): son cicatrices de entre 1.5-4mm, con diferentes morfologías, en general irregulares (circulares, ovales, rectangulares), de bordes bien definidos y escarpados, que pueden llegar a una profundidad de hasta 0.5mm.
  • Cicatrices onduladas (rolling): Son cicatrices de unos 4-5mm de ancho, con bordes inclinados, y que se caracterizan por tener bandas fibrosas subyacentes que las anclan a capas profundas de la piel (dermis e hipodermis), haciéndolas más evidentes ante expresiones mímicas del paciente (sonrisa). 

Existen múltiples opciones para tratar las cicatrices de acné y, en función del subtipo, se suelen recomendar más unas que otras.

Punch: El punch es una herramienta ampliamente utilizada en dermatología -sobretodo para la realización de biopsias de piel- y no es más que un objeto similar a un bolígrafo, que en la punta tiene un bisturí/cuchilla de forma circular con diferentes diámetros (de 2mm hasta 8mm) y se usa en forma de “punzón” sobre la piel.

  • Para elevar: esta técnica puede ser útil en cicatrices profundas tipo furgón (boxcar), utilizando el punch para llegar hasta tejido subcutáneo, elevar esa columna de piel un poco por encima de la piel sana circundante -ya que toda cicatriz sufrirá cierta retracción y pérdida de volumen-, y anclar la columna de piel a ese nivel mediante puntos de sutura o puntos de papel (steristrips). 
  • Para escindir: en cicatrices en picahielos (icepick) y en furgón (boxcar) muy profundas puede ser necesario utilizar el punch para eliminar esa cicatriz con el objetivo de crear una nueva cicatriz más estética. 

Subcisión: descrita por Orentreich & Orentreich en 1995, se trata de un procedimiento que elimina/disminuye las bandas fibrosas de las cicatrices onduladas (tipo rolling). Mediante una aguja tribiselada (también llamada de Nokor), que se inserta en plano subcutáneo superficial, se escinde el tejido fibrótico que ancla este tipo de cicatrices. 

Es un tratamiento que precisa de anestesia local y puede conllevar la aparición de algún hematoma. Suelen ser necesarias varias sesiones.

Peelings químicos: En general los peelings químicos suelen obtener mejores resultados en cicatrices de acné tipo macular (no atróficas) y siempre deben usarse con prudencia en casos de pieles bronceadas y oscuras para no dañar la pigmentación.

Sí es importante incidir en la técnica CROSS, mediante ácido tricloroacético (TCA), indicada para cicatrices en picahielos (icepick). Esta técnica se realiza con una concentración de TCA del 50% y, mediante un punzón/bastoncillo de madera, se impregnan todos los pocillos de cicatrices en picahielos hasta que se genera escarcha (frosting).

Láseres: dispositivos lumínicos que tienen como mecanismo de acción una única longitud de onda específica para un color (cromóforo) y su consecuente destrucción.

  • Ablativos: destruyen tanto a nivel epidérmico como dérmico. Los más recomendados para cicatrices de acné són el láser CO2 (10600nm) y el Er:YAG (2940nm), que tienen como cromóforo el agua. Importante remarcar que, aunque son los láseres que mejores resultados han demostrado en mejora de cicatrices de acné, requieren un periodo prolongado de curas y de recuperación, por lo que hay mayor riesgo de efectos adversos.
  • No ablativos: incluye el láser Nd:YAG (1064nm, 1320nm) o el PDL (585/595nm) realizan su efecto a nivel dérmico (más profundo) sin tener gran efecto en epidermis (más superficial). Estos láseres suelen mejorar las cicatrices de acné con un mejor perfil de seguridad. No suelen indicarse en caso de cicatrices en picahielos (icepick).
  • Fraccionados: 
    • No ablativos: aquí encontramos láseres como el Erbio (1540nm y 1550nm) y es una opción segura indicada para tratar cicatrices tipo furgón (boxcar). Se necesitarán varias sesiones, normalmente separadas de un periodo de 4 semanas, con mucho menor riesgo de efectos adversos.
    • Ablativos: el láser CO2 fraccionado se encontraría en este apartado y los resultados son mejores sobretodo teniendo en cuenta la respuesta en cicatrices profundas, si bien es cierto que suele comportar enrojecimiento (eritema) y costras que se pueden mantener durante semanas.

Radiofrecuencia: se trata de un dispositivo que aumenta el calor de la piel mediante una corriente eléctrica generada por radiación electromagnética, con lo que estimula la creación de nuevo colágeno y la contracción de la piel. Los estudios que existen tienen resultados controvertidos y contrarios entre sí, aunque en general se considera una técnica segura en los 3 tipos de cicatrices de acné -tipo picahielos (icepick), tipo furgón (boxcar) y onduladas (rolling)-.

Rellenos cosméticos: aumentan el volumen del tejido y pueden estimular la creación de nuevo colágeno, aunque hay muy pocos estudios que evalúen su beneficio real. Existen diferentes materiales como el ácido hialurónico, la hidroxiapatita cálcica, el ácido poli-L-láctico (no comercializado en España) o el polimetracrilato.

El más conocido y usado en nuestro país es el ácido hialurónico, un polisacárido que retiene agua y su efecto se mantiene hasta 12 meses tras su inyección.

Plasma rico en plaquetas (PRP): se obtiene de la extracción de sangre del propio paciente y la centrifugación de la misma, para obtener una sustancia rica en factores de crecimiento y citoquinas. Es un tratamiento novedoso que se está utilizando en diferentes áreas médicas (úlceras crónicas, lesiones de tendones,…). Hay muy poco descrito sobre su uso en cicatrices de acné aunque es una técnica que cada vez se utiliza más como complemento a tratamientos de las cicatrices. Su aplicación puede realizarse tanto de forma intradérmica (inyección) como vehiculizada por láser.

Si estás interesado/-a en mejorar tus cicatrices de acné y en saber cuál sería la opción de tratamiento en tu caso, no dudes en solicitar visita para poder explicarte detalladamente todas las opciones que existen en tu caso.

Bibliografía:
Boen M, Jacob C. Dermatol Surg 2019;45:411–42.
Abdel Hay R, Shalaby K, Zaher H, Hafez V, et al. Interventions for acne scars. Cochrane Database Syst Rev 2016;4:CD011946.
Orentreich DS, Orentreich N. Subcutaneous incisionless (subcision) surgery for the correction of depressed scars and wrinkles. Dermatol Surg 1995;21:543–9.

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